La alcaldesa en funciones de Barcelona, Ada Colau, escogió la reunión del Círculo de Economía como escenario de su primer discurso de despedida como primera edil de la ciudad. Horas después de reiterar que son las élites económicas de Barcelona las culpables de que su formación, los comunes, hayan sido relegados a la tercera fuerza de la capital, se ha intentado redimir de todas ellas.
En su discurso ha agradecido la “colaboración” y “lealtad institucional” del lobi económico catalán. El mismo que hace una semana le daba un tirón de orejas y le señalaba como el principal obstáculo de que la colaboración público-privada prosperase en la ciudad en una nota de opinión firmada por Jaume Guardiola. Y esa no era la primera ocasión en que le llamaba la atención, ya que la junta de Javier Faus también fue muy dura con sus críticas a la gobernanza de los comuns.
Colau intentó diferenciar unas élites de las otras con su aparición, para muchos por sorpresa –su nombre se incluyó en el programa online sin una comunicación específica a los socios–, pero no se salió con la suya. Se intentó redimir en la sala de actos del Hotel W, pero salió de allí a paso firme de forma precipitada sin cruzar ninguna palabra con nadie. Y es que, al final, las élites de Barcelona y Cataluña son las que son.