Pocas empresas en España cuentan con la relevancia estratégica de Indra y más en un contexto como el actual, en el que tanto valor cobra la tecnología y la Defensa a la hora de potenciar la independencia de los estados.
En esta línea, el presidente de la compañía, Marc Murtra, ha llevado a cabo un proceso de renovación del órgano de gobierno de la empresa, que ha supuesto un cambio total en cuanto a consejeros independientes y en la siempre delicada figura del primer ejecutivo en un tiempo récord, que no ha llegado a los 12 meses.
Y todo ello, en paralelo con la confección de un núcleo duro en torno al Estado como primer accionista, que controla cerca de la mitad del capital y asegura la estabilidad de Indra, al menos a medio plazo.
Un éxito refrendado por un aparato de medición que raramente se equivoca, como es la bolsa. El avance del 13,5% desde la crisis del consejo y de más del 45% desde la llegada de Murtra a la compañía es un más que poderoso aval.