La Generalitat de Cataluña tendrá que repetir las pruebas a los afectados por las "graves incidencias" ocurridas el sábado, cuando estaba previsto que 13.000 aspirantes se examinaran para optar a una de las 1.825 plazas de funcionario. La caótica organización dejó aulas masificadas y sin mobiliario suficiente como para albergar a los opositores, retrasos de hasta seis horas y exámenes aplazados.
Después de que la Generalitat se sacudiera la responsabilidad y señalara a la empresa externa, ahora la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, abre la puerta a repetir los tests, aunque sin precisar de cuántos exámenes está hablando. Una medida que no es suficiente para los sindicatos, que piden que se devuelva la tasa a los opositores y que sean resarcidos por el "maltrato" sufrido por parte de la Administración, que tenía que haberse asegurado de que la empresa organizaría las pruebas de forma correcta.