No ha sido ninguna sorpresa que el Servei Català de la Salut arrope al polémico Hospital de Martorell, un centro público de gestión privada igualmente regado de escándalos que de subvenciones. El director del CatSalut, Ramon Canal, ha firmado una resolución que descarta la negligencia médica en la muerte de un paciente cuando acababa de salir de las urgencias.
El corporativismo de Salut no es nada nuevo. Sin embargo, el informe presenta imprecisiones preocupantes que no ayudan a disipar las dudas sobre el fallecimiento de Sergii, que murió de disección de la aorta tras recibir una inyección de un antiinflamatorio desaconsejado.
La versión oficial vuelve a insistir en que el paciente era médico y pidió el alta --cuando en realidad era psicólogo y nunca ejerció-- y se contradice con textos previos emitidos por otras instituciones sanitarias. La resolución no aclara muchas de las cuestiones denunciadas por la familia del difunto y su perito médico, razón por la cual deja abierta la puerta a que el caso termine en los tribunales.