A Joan Laporta le ha costado dar la cara por el caso Negreira. Su comparecencia ante los medios ha sido tardía y ha aclarado muy pocas de las dudas sobre esta causa judicial de presunto soborno arbitral. En su larga rueda de prensa llena de contradicciones con la versión del propio José María Enríquez Negreira, el presidente del Barça se ha limitado a lanzar un discurso victimista de campaña orquestada contra el club.
Laporta ha justificado los pagos millonarios al árbitro por la "calidad" de los informes que redactaba. Unos documentos de los que inicialmente no había rastro y que, una vez aparecidos, no destacan por su valor informativo ni por su ortografía. En definitiva, el presidente ha dado pocas respuestas sobre un asunto que preocupa cada vez más a la Liga, a la Uefa y a los seguidores de todo el mundo.