Parece que al Govern le sobra el dinero, porque o no controla o hace la vista gorda con las subvenciones que destina a Plataforma per la Llengua, una entidad dedicada en cuerpo y alma a erradicar el castellano de la vida pública catalana instando a la delación de trabajadores que no conocen el idioma o espiando a los niños en los patios de las escuelas.
La entidad, presidida por Òscar Escuder, ha dado una vuelta de tuerca en su pancatalanismo, pues ahora se dedica a firmar acuerdos en la llamada Catalunya nord para promocionar la lengua catalana en un territorio que, en realidad, es el sur de Francia.