Núria de Gispert ha salido en defensa de su amiga Laura Borràs. Dice que eso de fraccionar contratos es de lo más habitual. No entiende el lío se ha montado con eso de adjudicar a los amiguetes porque, le ha faltado decir, quien esté libre de culpa que tire la primera piedra.
La expresidenta del Parlament de Cataluña no tiene medida. Conocida por su activismo independentista, por su xenofobia y por su tendencia a verter odio en las redes, De Gispert relativiza ahora las malas prácticas que se llevan a cabo en la administración. Flaco favor para Borràs, tener como defensa esos argumentos tan cínicos.