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Javier y Ramón Bordas, propietarios de Costa Este, apuestan por Barcelona con una importante inversión que transformará parte del Club Natació en un superbeach club a la sombra del hotel vela.
Se trata de una de las primeras piezas de actuación privada que atraerá la Copa América de vela, pero esa es una espada de doble filo. La pareja de empresarios se enfrentan al reto de demostrar que el proyecto es rentable cuando pase la competición en 2024.
Máxime cuando el inversor anterior ha sido expulsado por ser incapaz de presentar el proyecto a los bancos.