Tras su éxito en Davos, Pedro Sánchez remata su semana grande en Barcelona. El presidente del Gobierno español ha vuelto a demostrar que lo de las relaciones internacionales es lo suyo, otra cosa son los diferentes frentes abiertos en la política española. Uno de ellos tiene que ver con el conflicto catalán.

Pero el líder socialista ha logrado visualizar en la Ciudad Condal no solo su buena sintonía con Francia, sino la división del independentismo. El activismo se ha manifestado en las calles de Barcelona, pero atrás quedan las movilizaciones masivas del procés.