Por motivos incomprensibles, dos concejales del PSC se sumaron al acoso sufrido por agentes de la Policía Nacional destinados a garantizar la seguridad en el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. Ayer admitieron su culpa y llegaron a un acuerdo con la fiscalía por el que han sido condenados a un año de cárcel.

Reconocer que se equivocaron es loable. Hubo mucha presión independentista contra los cargos locales del socialismo catalán durante los momentos más duros del procés, pero los ediles nunca debieron dejarse arrastrar por los radicales.