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Los vecinos de Cornellà están indignados. El ayuntamiento les ha impuesto multas de 300 euros por tirar mal la basura en contenedores que están defectuosos. El alcalde de la localidad, Antonio Balmón (PSC), anunció 1.500 depósitos innovadores y sostenibles con un sistema de cierre electrónico individualizado. Pero lo cierto es que han fracasado, pues algunos ni siquiera abren. Por eso, el regidor debería asegurarse de que estos containers funcionan correctamente antes de sancionar a unos vecinos que bastantes cargas deben soportar en plena crisis económica.