Pere Aragonès es tan rápido en escribir tuits sobre los accidentes en los trenes de Rodalies como lento en aprobar los nuevos presupuestos de la Generalitat. Una cosa tiene que ver mucho con la otra. Porque criticar al Estado, vía incidentes ferroviarios, distrae la atención de las responsabilidades inmediatas. Y éstas son disponer de cuentas actualizadas, acordes con estos tiempos de inflación y recesión.

Lo de reclamar el traspaso de Rodalies de Renfe, que posiblemente lo habrá, aunque no con la dimensión pretendida, es un futurible que el usario ni entiende ni atiende.