Las cuentas de los nueve primeros meses de Banco Sabadell han sido aplaudidas de manera prácticamente unánime por el mercado y los analistas, en los informes que han elaborado tras la publicación de las cifras a primera hora de este jueves. Al margen de que los beneficios han estado cerca de doblar los de hace 12 meses, la entidad que preside Josep Oliu ha sido capaz de hacer que el traje diseñado para el horizonte de 2023 se le quede pequeño apenas un año y medio después de su puesta en ejecución, con una rentabilidad que ya supera en dos puntos el objetivo. Y, además, con el estímulo añadido para los actuales accionistas y los que llegarán de recuperar un pay-out mínimo del 40%.
Muy pocos hubieran apostado por esto a finales de 2020, cuando no faltó quien pronosticó que la fallida fusión con BBVA era la última oportunidad de supervivencia para la entidad y que su futuro estaba en entredicho por haberla dejado escapar.