Ada Colau ya está en campaña. De ahí que haya dado una vuelta de tuerca a su populismo y anuncie ahora que intensificará el control de las entidades bancarias que se relacionan con el Ayuntamiento de Barcelona. Como si no existieran ya mecanismos de transparencia, mucho más estrictos que los que la alcaldesa pueda llegar a establecer.

Dice la dirigente de los comunes que ella no pertenece a la casta política, a pesar de que aspira a un tercer mandato. Y puede que las urnas le pasen factura por la gran cantidad de miembros de su partido colocados o recolocados como asesores en el consistorio.