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Alfonso García, propietario de la histórica Casa Alfonso de Barcelona, ha estallado contra el Ayuntamiento de Barcelona por enviarle una inspección 48 horas después de recibir la denegación de su ampliación de terraza.
El hostelero no ha dicho nada que el Gremio no hubierse denunciado antes, pero su alegato es valiente. Y pone negro sobre blanco una reivindicación razonable: que el sector tenga un "interlocutor".