Promover el uso de la mascarilla en el transporte público es una muy buena decisión. Los nuevos casos de Covid son, en general, menos graves, pero aún se dan y hay reacciones de todo tipo ante el virus. Si a esta necesidad de prevención se le suma el hecho de que el metro, el tren, el autobús y los tranvías son sitios que suelen estar llenos en las horas punta y en ocasiones difíciles de ventilar, esta posición toma fuerza.
Con todo, TMB y las otras operadoras deberían escuchar las advertencias de los sindicatos de vigilantes de seguridad. Especialmente porque la violencia que sufren por parte de usuarios que han perdido el foco de la realidad ha crecido en los últimos años. Para aplicar medidas inteligentes necesitan más recursos.