Los jueces son conscientes de que la delincuencia en Barcelona se ha disparado y que es necesario agilizar los juicios. La creación de un nuevo juzgado de guardia dedicado a los enjuiciamientos rápidos es un acierto por parte del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), pero no es suficiente. Las oficinas judiciales no dan abasto. Es necesario ampliar plantillas y evitar esa sensación de impunidad, real o figurada, que tiene el ciudadano ante ese aumento de delitos leves, pero alarmantes.