Suma y sigue. O, mejor dicho, resta y sigue. Un año más, Cataluña se sitúa a la cola en las ayudas sociales dedicadas a la dependencia. La Generalitat vuelve a ser la administración autonómica que más ha recortado el gasto destinado a este sector de la población a lo largo del último año. En concreto, el Govern de ERC y JxCat dejó de invertir 55,1 millones de euros, según el Observatorio de la Dependencia publicado por la Asociación de Directoras y Gerentes en Servicios Sociales. Una cantidad muy superior a la segunda autonomía que más recortó en este ámbito, Canarias, con 43,6 millones menos.
Llueve sobre mojado. Mientras el Ejecutivo catalán continúa destinando ingentes cantidades de dinero a consolidar sus anhelos y proyectos secesionistas --desde sus desmesuradas partidas a TV3 hasta sus embajadas en el extranjero--, consejerías como la de Derechos Sociales, dirigida la posconvergente Violant Cervera, escatiman dinero y recursos en otras áreas mucho más necesarias. Algo tristemente habitual desde hace ya más de una década, a medida que el procés servía a la Generalitat para tapar con la bandera sus recortes y los problemas reales de la gente.