La elección del doctor Joan Vegué como nuevo jefe del Plan Director de Salud Mental de la Generalitat ha creado un fuerte revuelo en el sector sanitario debido a sus intereses en el sector privado. Independientemente de su valía profesional, y de su aportación supuestamente desinteresada, su incorporación genera más sombras que luces, y no son pocas las voces --entre ellas, desde el activismo pro sanidad pública-- que reclaman al conseller Josep Maria Argimon que recapacite y desista en su idea.
La empresa de Vegué, por otra parte, presenta una estructura inmobiliaria cuanto menos polemica. El Catsalut, por tanto, también debería aclarar si el concierto público anual con la firma del doctor, CPB SSM, acaba en bolsillos privados por medio de rentas inmobiliarias. La transparencia es clave y el equipo de Gemma Craywincklel, hasta el momento, ha demostrado que la puede mejorar.