Hay dirigentes políticos que no son conscientes de que su tiempo ha pasado, de que hay que dar paso a otras generaciones. De que los partidos necesitan aires nuevos. Germà Gordó, quien durante años se ocupó de la cocina de Convergència (CDC), ha intentado manejar los hilos de Centrem, la formación liderada por Àngels Chacón. No le salió bien.