Jordi Pujol Lizana
“Se debería estudiar en qué momento se ha roto aquel viejo pacto no escrito en el que todo el mundo asumía que los quillos se quedaban en los lugares de quillos haciendo cosas de quillos y no venían a molestar a la Cataluña interior. ¿Verdad que yo no voy al Splau [un centro comercial de Cornellà de Llobregat] o a las discos estas suyas?”, ha señalado en un tuit el concejal de la CUP en Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona) Jordi Pujol Lizana.
Predicar la igualdad social pero despreciar a los "quillos" que van "a molestar" a la Cataluña catalana deja al descubierto el verdadero rostro de esta formación radical. De la CUP, entre otras muchas cosas, conocíamos la propensión de sus juventudes a atacar violentamente las sedes de los partidos y medios de comunicación con los que no comulgan. Ahora podemos añadir a su colección de atributos el clasismo, la xenofobia y el odio al diferente (sobre todo, cuando es de una clase social menor). En definitiva, la CUP es nacionalismo en su estado más puro. Un lastre para la convivencia en Cataluña.