Àngel Simón
Agbar ha cerrado un pacto con la Fundación Abadía de Montserrat para descarbonizar la principal institución religiosa de Cataluña. El “convenio de resilencia hídrica y neutralidad climática” que las partes han anunciado reconoce el trabajo de la empresa barcelonesa en el campo de la sostenibilidad.
Àngel Simón ha conseguido situarse como líder empresarial con una dimensión social y ambiental. Adicionalmente, el directivo ha resistido la presión que han ejercido grandes firmas como Acciona, con la que litigó en el llamado caso ATLL, y partidos políticos como los comunes. La formación liderada por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, intenta apear a la compañía de la gestión del agua metropolitana desde hace siete años.
Aigües de Barcelona, participada de Agbar, consiguió el aval del Tribunal Supremo para la sociedad de economía mixta que actúa en su territorio de referencia, un respaldo que no ha afectado a la polírica de los comunes. La obsesión del partido con la compañía le lleva a responsabilizarla de todos sus males. Desde estar detrás de la investigación judicial sobre si ha otorgado subvenciones indebidas a organizaciones afines hasta asegurar que promueve y financia a los medios que fiscalizan su gestión municipal.