Pablo Isla
Los resultados de Inditex correspondientes a su año fiscal 2021-2022 han sido los últimos presentados por su todavía presidente Pablo Isla, días antes de dar formalmente el relevo a Marta Ortega al frente de la compañía. En su despedida, Isla ha podido ofrecer al mercado una compañía notablemente recuperada del impacto de la crisis del Covid-19 y a la que la última oleada del virus, que afectó a la campaña de Navidad ha impedido probablemente recuperar del todo sus cifras prepandemia.
Durante 17 años, primero como consejero delegado, bajo la presidencia de Amancio Ortega, y después con prácticamente todo el poder ejecutivo en sus manos, Isla ha convertido al grupo textil en una gigantesca máquina de hacer caja que, además, ha sido capaz de adaptarse a los nuevos tiempos marcados por factores como la digitalización y los compromisos con el medioambiente. El primero ha sido clave para superar la pandemia en tiempo récord, dado que durante bastantes semanas Inditex tuvo que echar el cierre a todos sus establecimientos; el segundo ha contribuido a aligerar la estructura de costes y mantener a Inditex como una compañía atractiva para los inversores, más allá de sus cifras de negocio.
La marcha de Isla se ha dejado sentir en la compañía desde el mismo anuncio, comunicado a los mercados a finales del pasado noviembre; desde entonces, la capitalización de la empresa ha descendido cerca de 26.000 millones de euros, golpeada también por la citada sexta ola del coronavirus y, en las últimas semanas, por la invasión rusa de Ucrania, que ha obligado a la empresa a cerrar temporalmente su mayor mercado en el exterior. Se avecinan tiempos complicados para Inditex, a la que espera un periodo de transición bajo la alargada sombra del considerado en los últimos años por prestigiosas publicaciones internacionales como el mejor ejecutivo del mundo.