Pues parece que las bravatas de la presidenta del Parlament, Laura Borràs (JxCat), se han quedado solo en eso. Donde dije "desobediencia", digo "acatamiento" a la Junta Electoral Central. Eso sí, la Cámara catalana ha permanecido cerrada casi 48 horas a modo de protesta por la inhabilitación del diputado de la CUP Pau Juvillà por desobediencia.

¿Y de qué ha servido? Pues para que la CUP se enfade con Borràs, se agrande la desunión del denominado "52% independentista" y la neoconvergente no logre poner contra las cuerdas a sus enemigos de ERC.