Cofares ha dado un paso valiente al asumir las pérdidas derivadas de la necesaria pero precipitada decisión del Gobierno de regular los precios de los tests de antígenos. De este modo, la cooperativa de distribución de medicamentos presidida por Eduardo Pastor evita que el golpe financiero lo reciban las farmacias, negocios generalmente pequeños que difícilmente pueden permitirse vender las pruebas de diagnóstico a un precio inferior al que las compraron.
El sentido común debería llevar al Ejecutivo a compensar de algún modo las pérdidas ocasionadas o, al menos, a dar algún periodo de adaptación para dar tiempo a que los precios se equilibren. Pero ante la falta de soluciones desde el sector público, la iniciativa de Cofares es un ejemplo de la responsabilidad y la resolución necesarias para protegernos de la pandemia con más eficacia.