Pocos dudan de la encomiable labor de Cruz Roja en Cataluña, oenegé que arrimó el hombro de forma incansable durante la pandemia del coronavirus.

Por ello sorprende ahora el enconamiento de la entidad que preside a nivel autonómico Josep Quitet con la renegociación del convenio en Barcelona. La organización ha reaccionado con hostilidad a un conflicto laboral relativamente habitual en muchos otros sectores. Ha mostrado unos modos muy poco humanitarios.