Uno de los elementos que caracterizó al procés fue el burdo y sistemático desprecio hacia la justicia por parte de sus promotores. Seguramente, creían que sus astracanadas quedarían impunes. Pero se equivocaron. Lo sorprendente es que algunos todavía no se hayan enterado. Es el caso del exvicepresidente del Parlament Josep Costa (JxCat) que, para más inri, es jurista.
Costa decidió no acudir a la citación del TSJC en septiembre pasado en calidad de investigado por una presunta desobediencia ante el Constitucional. Su argumento fue que no reconocía la autoridad del tribunal. Finalmente, ayer, como era previsible, fue detenido y puesto a disposición judicial. Tras salir en libertad, volvió a la carga contra la justicia. Eso sí, apenas una veintena de radicales fueron a recibirle a las puertas del TSJC. Costa parece empeñado en hacer el ridículo una y otra vez.