En política no se puede dar nada por hecho. Es cierto que las negociaciones entre PSOE y ERC para aprobar los presupuestos generales del Estado de 2022 pintan bien, pero que Teresa Cunillera lo asegura de forma tan categórica no ayuda. A la delegada del Gobierno en Cataluña le han podido las ganas de adelantarse al cierre del acuerdo, pero el independentismo sigue siendo convulso. Se ha precipitado.