Los operadores logísticos y asociaciones de conductores ya avisaron de que las Administraciones públicas no prepararon un plan integral de gestión por la liberalización de las principales autopistas del territorio el pasado 1 de septiembre. Ni siquiera la consecuencia más evidente: que incrementaría el tráfico al no tener que pagar por acceder a ellas. Tras repetidos atascos los fines de semana, el Servei Català de Trànsit modificaba este jueves por tercera vez las condiciones de movilidad de los camiones pesados. La improvisación es imperdonable. Más, cuando se sabía desde hacía años que se iban a levantar barreras. Tanto amateurismo no es de recibo.