Pablo Llarena
El juez instructor del caso del procés buscó el respaldo de la UE en los procesos de extradición de los políticos que participaron en la organización del 1-O y en la posterior declaración de independencia unilateral simbólica de Cataluña y se fugaron de la justicia española. Lo hizo tras el mazazo de Alemania a sus euroórdenes. Esta estrategia ya le propició un reguero de críticas en su momento, pero tras la detención de Carles Puigdemont en el aeropuerto de L'Alguer, el futuro procesal del expresidente catalán huido es aún más complejo. Las dudas sobre la certidumbre de la gestión del magistrado toman fuerza.