Ada Colau
La noche del sábado al domingo, Barcelona ha vuelto a ser pasto de botellones masivos. Las imágenes de cientos de jóvenes bebiendo alcohol agolpados al final de la Rambla del Poblenou son poco edificantes. Es cierto que la Guardia Urbana cuenta con medios limitados, pero también lo es que estas aglomeraciones eran previsibles --el barrio ha empezado la celebración de las fiestas mayores--. Parece evidente que el ayuntamiento presidido por Ada Colau podía haber hecho algo más para impedir estos incidentes.