El jefe del Ejecutivo español es consciente de que el aumento sin techo del precio del recibo de la luz puede desbaratar todos sus planes. Sin medidas contundentes para hacer frente al problema, ha tomado la decisión de anunciar un aumento del salario mínimo, que no se ha consensuado entre los agentes sociales y económicos. Sánchez incluso se avanza a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de Podemos, que, a pesar de mantener el mismo objetivo, trabajaba en esa dirección con más cautela.
Aunque la medida pueda ser positiva, teniendo en cuenta que se trata de un aumento para este año de 15 euros, para lograr en 2023, tras otras subidas progresivas, un salario mínimo de 1.027 euros, Sánchez ha querido ocultar con su anuncio lo que no es capaz de atajar en estos momentos: la subida de la luz y la posible inflación que se puede generar en perjuicio de toda la economía española. Y no ha respetado las necesarias formas para pactar la medida en el seno del diálogo social.