Carmen Cabezas
De nuevo, las neveras. El Gobierno catalán ha tropezado otra vez con un problema en la logística de las vacunas que ha propiciado que se echen a perder muchas dosis. De forma concreta, unas 1.5000. Son las que se han tenido que tirar a la basura en Lleida y que paralizan la inoculación sin cita previa a la población en general que estaba prevista para este jueves en la localidad de La Seu d’Urgell.
El error es imperdonable. Retrasa la estrategia de inmunización a las puertas del verano y en plena quinta ola e implica constatar que persisten los problemas en este sentido. Más, en un momento en el que no llegan nuevas dosis por la tensión en los stocks mundiales. Cabezas y el resto del CatSalut debería emplearse a fondo para que no se llegue a una tercera metedura de pata en este sentido.