Hace justamente 20 años, Amancio Ortega situaba a Inditex, el imperio textil que había comenzado con un modesto local de Zara en La Coruña un cuarto de siglo antes, bajo los potentes y exigentes focos de la bolsa. Bajo su dirección y posteriormente su consejo, Inditex se ha convertido en un ejemplo de creación de valor inédito en la historia empresarial española. La compañía cierra estas dos primeras décadas como empresa cotizada con un impresionante balance: sus acciones se han revalorizado un 1.000% en este periodo y su capitalización supera los 101.000 millones de euros.
En todo este tiempo, el incremento progresivo del beneficio de la compañía le ha permitido repartir entre sus accionistas más de 25.000 millones de euros en dividendos mientras que, a cambio, nunca les ha pedido un esfuerzo adicional en forma de ampliación de capital. Esta impresionante trayectoria bursátil y el hecho de proyectar la imagen de la empresa española a todo el mundo gracias a su ambiciosa expansión internacional hacen de Ortega un icono digno de pasar a la historia como uno de los personajes más influyentes de la reciente historia económica de España.