Pere Aragonès será el nuevo presidente de la Generalitat. Hasta aquí nada nuevo, ya que era el candidato con más posibilidades. Ha logrado desencallar las negociaciones con Junts per Catalunya (JxCat) para evitar una repetición electoral, algo que es justo reconocerle. Pero el reparto de poder deja en manos de los neconvergentes las principales consejerías económicas y sociales, además de asumir una Acción Exterior que beneficiará mucho a la diplomacia independentista del fugado Carles Puigdemont

Además, las diferencias ideológicas entre JxCat y la CUP pueden convertir el nuevo Ejecutivo catalán en un campo de minas.