JxCat no debería perder tanto tiempo ni esfuerzos con la fiscalización de lo que se dice de su líder fugado, Carles Puigdemont, como ha ocurrido con las últimas declaraciones del lendakari Urkullu. El partido encabezado por Laura Borràs debería esclarecer si va a facilitar o no la investidura de Pere Aragonès o apostará por una repetición electoral. Dilatar más los tiempos no tiene sentido.