El secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Sànchez, desliza ahora que su formación no será obstáculo para que ERC gobierne en Cataluña, si eso impide la repetición electoral. Lo dice después de la investidura fallida de Pere Aragonès por las diferencias entre los dos grandes grupos independentistas, hecho que aboca a elecciones si nadie se mueve de su posición.
Con sus palabras, el expresidente de la ANC sugiere que Junts se abstendrá para que Aragonès sea presidente en la próxima sesión de investidura, todavía por convocar. Lo que parece claro es que las diferencias entre neoconvergentes y republicanos son insalvables y, para llegar al mismo punto, mejor era permitir ya la formación de Govern. No hay tiempo que perder en la Cataluña posprocés, y menos en época de crisis pandémica.