El Parlament fue escenario de un nuevo "todos contra Illa" que ya se vivió en la campaña del 14F. Y como la fallida investidura de Pere Aragonès ha dejado un clima preelectoral en la política catalana, el candidato del PSC centró las críticas de los independentistas. Es el principal rival a combatir si hay repetición de los comicios.

El socialista pudo haber desencallado la situación y dejar fuera de juego a Junts per Catalunya, pero se pilló los dedos al prometer que nunca pactaría con ERC.