El consejero de Empresa, Ramon Tremosa, se descolgó ayer con una oferta a Seat para instalar su futura fábrica de baterías eléctricas. Nada menos que un polígono del Incasòl con una superficie de un millón de metros cuadrados a solo dos kilómetros de la planta de Martorell (Barcelona).
A Tremosa le han entrado las prisas al darse cuenta de la carrera autonómica para hacerse con la factoría. Pero hace tres semanas, ni él ni ningún otro miembro del Govern acompañó a los directivos de la multinacional en la puesta de largo del proyecto. El conseller justificó su plante por la presencia del Rey, pero el apoyo a la industria catalana no puede depender de motivos ideológicos. Mucho menos cuando tras la crisis del Covid se necesitarán iniciativas como la de Seat para reactivar la economía.