Salvador Illa
El PSC optó, junto a los comunes, por sumarse a la llamada política de gestos y levantarse durante la intervención de Vox en el pleno de investidura de este viernes. Un acto reivindicativo que sirvió para armar de argumentos a la extrema derecha que ha entrado con mucha fuerza en el Parlament (218.000 votos). Propiciarle el escenario perfecto para arengar a sus masas solo fomenta una proliferación del extremismo.
Darles la espalda, tratarlos como si no existieran, no es la mejor opción. Los discursos populistas cargados de falsedades y medias verdades se contestan. La política de gestos es simple postureo, y ya hemos tenido demasiado de eso en los últimos tiempos.