La actitud de JxCat hacia el candidato de ERC, Pere Aragonès, durante el debate de investidura de este viernes ha sido de una beligerancia insólita. El presidente del grupo parlamentario neoconvergente, Albert Batet, ha reprochado a sus socios (pasados y futuros) que rechazaran las investiduras de Puigdemont cuando estaba fugado y de Jordi Turull cuando estaba a punto de entrar en prisión, les ha acusado de deslegitimar el 1-O y ha instado a Aragonès a no molestarse en presentarse a la sesión del martes. Todo apunta a que JxCat y ERC acabarán cerrando un acuerdo de Govern en las próximas semanas, pero sorprende la agresividad de los primeros y la pasividad de los segundos.