El dueño del Hotel Arts, Archer Hotel Capital, cuyas inversiones dirige Dominic Seyrling, compró parte del litoral de Barcelona a golpe de chequera en octubre del año pasado. Proyectaba una inversión millonaria para construir una marina de lujo que merece ser reconocido, ya que significaba duplicar su confianza en la capital catalana en un momento en el que se necesita.
El vehículo de inversión, no obstante, decidió no interlocutar con los operadores locales y ahora éstos le están igualando la oferta. Ello frustra, al menos en parte, el proyecto que tenía en mente el cinco estrellas a primera línea de mar. Hablar con los afectados siempre es básico, ya que es más fácil buscar una alternativa compartida.