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El expresidente de la Generalitat y líder de JxCat, Carles Puigdemont, sigue obsesionado en controlar a los jueces. El programa de su partido de cara al 14F propone fiscalizar la labor de los magistrados para evitar lo que consideran "actitudes antidemocráticas".
Es evidente que la justicia es un muro para su proyecto de secesión unilateral y su objetivo es socavar tanto como pueda este poder del Estado. Puigdemont debería aprender que la separación de poderes es uno de los pilares básicos de la democracia. Aunque lo más probable es que eso le importe un comino.