El candidato a la presidencia del Barça Víctor Font ha intentado recuperar presencia entre los suyos (los sectores independentistas) tras ser eclipsado por Joan Laporta con una batería de fichajes de perfil económico cuya estrella es el cofundador de Glovo. Que se le haya otorgado esta distinción significa que el trabajo realizado por Pierre y su socio, Sacha Michaud, es reconocido más allá del mundo de las startup y de los inversores. Su unicornio brilla incluso en un entorno tan nostrado como el club deportivo.
Pero antes de ponerse cualquier medalla por su tarea empresarial, los fundadores de Glovo deberían solucionar sus problemas laborales. Son el principal ejemplo del desgobierno que existe en las llamadas nuevas economías y de la precariedad que representan. Especialmente en los colectivos que están en la base de su modelo empresarial. En este caso, los riders. La última resolución del Tribunal Supremo les juega en contra y pone en jaque toda su estructura. Antes de iniciar nuevas aventuras con tanta dedicación como supone el Barça, Pierre haría bien en centrarse en ordenar bien su compañía y buscar una solución a esta problemática mayúscula. Esto también es la responsabilidad de un buen empresario.