Pere Aragonès, presidente del Govern en funciones, ha asegurado este miércoles que los colegios catalanes permanecerán abiertos a no ser que se decrete una nueva reclusión domiciliaria. La intención del ejecutivo catalán es garantizar la función esencial que cumple la escuela y reducir las desigualdades entre quienes tienen "más o menos recursos". El problema es que hasta una semana después de retomar la clases, tras el parón navideño, no comenzarán a realizarse pruebas PCR a los profesores, lo que podría facilitar la expansión de los contagios en las aulas.