El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell, ha exigido a los otros 12 presidentes de las cámaras catalanas que dimitan en bloque --junto con él-- como protesta por el fracaso de la ley de cámaras que él mismo impulsó. Una propuesta que no ha sido bien recibida por los destinatarios de la misma, que no parecen dispuestos a sacrificarse.
La rabieta de Canadell es una salida de tono más a las que nos ha acostumbrado el activista nacionalista en el poco más de un año que lleva al frente de la institución barcelonesa. Por si eso no fuera suficiente, el dirigente empresarial ha confesado su intención de dar el salto a la política cuanto antes, con el objetivo de ser consejero o presidente de la Generalitat. No hay duda de que los sueños de Canadell son las pesadillas de muchos catalanes.