Josep Sánchez Llibre
Los fondos de reconstrucción europeos no serán el gran maná que nos sacará de la recesión por si solos. Significan una gran oportunidad, pero las empresas deberán cumplir los requisitos de Bruselas para poder recibir parte de estas ayudas que irán a sufragar proyectos concretos.
El debate que se abrió al concederlos lleva a la realidad de que hasta el último euro que se destine a este fin se fiscalizará y se deberá justificar. Por esto es muy importante el grupo de trabajo jurídico que ha puesto en marcha Foment del Treball, ya que es el mecanismo ideal para que la burocracia no frene su reparto. Significa una ayuda incluso para la Generalitat, que tendría bien en tenerlo en cuenta.