El nuevo estado de alarma pone en peligro el cuadro macroeconómico revisado del Gobierno, con el que se quiso enviar un loable mensaje de confianza a los mercados pero que, al mismo tiempo, pecó una vez más de un exceso de confianza poco prudente. Sobre todo si se tiene en cuenta la elevada incertidumbre de la actual situación pandémica. Ahora, la ministra Nadia Calviño ve peligrar sus previsiones.