Si de verdad quieren ganar las elecciones, ERC debería abandonar sus miedos al efecto Puigdemont y renunciar al seguidismo procesista. Si PDECat se lanza a volar en solitario ¿por qué no los republicanos? Pero Pere Aragonès, presidente en funciones de la Generalitat, demostró ayer que todavía se siente condicionado por las acusaciones de botifler procedentes de un determinado sector independentista, pues en lugar de centrarse en la lucha contra el Covid, volvió a cargar contra la monarquía y el Estado represor.
Aragonès acaba de estrenarse en la sesión de control del Parlament como máximo representante de la Generalitat y, por ello, necesita rodaje. Aunque no habría estado de más, tampoco, que respondiera con contundencia al rapapolvo de Ramon Tremosa sobre la preexistencia o no de un fondo de inversión anunciado por el vicepresidente. Sobre todo porque Tremosa y su acoso a ERC han venido para quedarse, pues para eso fue fichado como consejero.