Un año más, hay que pedir permiso en Cataluña para realizar los exámenes de la selectividad en castellano. Los profesores tienen la orden de repartir las pruebas en catalán y, solo si algún preuniversitario lo exige, ofrecerle la alternativa en castellano. Y apuntarlo en una hoja impresa para tal fin. Es decir, el alumno que prefiera la lengua de Cervantes queda expuesto ante el resto, cuando lo que dice la norma es que las dos versiones tienen que estar disponibles a la par, sin discriminaciones.
Las instrucciones las entrega el Consejo Interuniversitario de Cataluña, cuyo secretario general es Lluís Baulenas Cases. Al parecer, no van con él las normativas, las leyes y las decisiones judiciales acerca de la relación que debe tener la Administración con los ciudadanos en lo relativo al uso de lenguas. Lo dicho: para hablar en castellano en Cataluña hay que pedir permiso según de qué se trate, a pesar de que es la lengua mayoritaria y tan oficial en la región como el catalán.